Alburquerque, Alba Querqus o Abu al Qurq, como también se conoce a la Ilustre Villa y Ducada de Alburquerque, se enclava en el puerto de Albahacar, a una altitud de 540 metros sobre el nivel del mar, configurando una de las últimas estribaciones de la sierra de San Pedro.
Los orígines históricos de la Villa de Alburquerque se remontan a la Prehistoria, existiendo, en los alrededores, ricos vestigios de población primitiva, pudiéndose encontrar estelas funerarias, sepulturas antropomórficas, hachas, puntas de flechas, dólmenes o "antas", litografías y pinturas rupestres.
Aunque sin base historíca, se llega a afirmar en un ejemplar del "Piscator Salmanticense" (1782), que Alburquerque fue fundado por los Vettones Celtíberos en el 590 a. de c.
El momento de mayor esplendor corresponde a la reconquista, que en Alburquerque se realiza en 1166, durante el reinado de Fernando II, el cual la tomó de los almohades, después de un largo asedio, para confiarla seguidamente, en 1171, a la Orden Militar de Santiago. En 1184 fue conquistada por los árabes para volver a ser tomada de nuevo por Alfonso IX. A partir de este momento y durante medio siglo, las luchas entre moros y cristianos se sucederán sin interrupción, alternándose la posesión de la Villa. Fernando III, el Santo, la reconquistará, cediéndola en 1217 a su pariente Alonso Téllez de Meneses, primer repoblador de Alburquerque.
Alburquerque será testigo de los desmanes de los Infantes de Aragón, don Enrique y don Pedro. Ante tales hostilidades, don Juan II decidió repartir sus bienes entre los nobles del Concejo, correspondiéndole a don Álvaro de Luna el maestrazgo de Santiago con la Villa y Condado de Alburquerque, tomada en posesión por don Juan II el día 16 de noviembre de 1432.
En Noviembre de 1464 don Enrique IV da el Señorío a don Beltrán de la Cueva, con el título de Duque de Alburquerque, a pesar de las grandes protestas del Alcaide de la Foteleza, Juan de Torres. Este malestar culminará con el alzamiento de la Villa y su capitulación en 1472.
Alburquerque se verá involucrado, durante el reinado de Felipe II, en las luchas sangrientas por la conquista de Portugal. Este conflicto se agravó con las proclamaciones de independencia del país vecino, tomando el castillo de Alburquerque en 1705 por tropas anglo - portuguesas, que la poseerían hasta 1716 en que de nuevo pasó a la Corona de España por el tratado de las Cortes de Madrid y Lisboa en 1715.
El 7 de Julio de 1810 se produce el saqueo de la población por las tropas francesas, produciéndose una heroica defensa y rechace de dicho ataque por el vecindario de la Villa.
Con el triunfo del régimen liberal sobre el absolutista, llegará la paz a esta Villa. Libre de luchas y de rivalidades se irá produciendo poco a poco un resurgir económico, culminándose este en la segunda mitad del siglo XIX con el mayor período de expansión económica hasta entonces conocido.